Esta entrada explora las razones por las que la participación consciente es clave para un futuro equilibrado, independientemente de las opciones políticas que se elijan.
Participar de la toma de decisiones
Quien ha participado en
la gestación e implementación de una decisión es capaz de
implicarse más en su éxito y en su posterior reforma, que
irremediablemente pasa por una evaluación de consecuencias para un
futuro reajuste.
La enajenación en el
proceso de toma de decisiones, la falta de empoderamiento lleva a la
crítica destructiva, porque uno no se siente parte de un todo, uno
no comprende el abandono sufrido por el todo y se rebela ante la
falta de oportunidad de participación.
Por eso la participación
a todos los niveles de todos y cada uno de los skateholders a todos los niveles de la
escuela no solo es importante o aconsejable sino IMPRESCINDIBLE si lo
que queremos es cumplir nuestra tarea constitucional de fomentar
desde nuestras escuelas el compromiso con la formación de ciudadanos
y no apoyar la creación de mentes enajenadas, meras piezas de un sistema obsoleto.
Partiendo de un punto de
vista conservador (y uso la palabra aquí en su sentido original) que
propugna que el sistema siga tal y como está nos encontramos con
que:
-a menor participación,
mayor es la resistencia al statu quo
-los sistemas generan sus burocracias en el sentido weberiano del término.
-sumando los focos de
resistencia individual puede llegar el punto en que estos sean más
fuertes que el propio sistema y lo derroquen.
Conclusión: Solamente a
través de la cesión de parcelas de participación conseguirá el
sistema seguir siendo lo que es, habiendo sido reformado, evolucionado o cambiado de manera progresiva. Sin sustos. Sin abismos abruptos.
Desde un punto de vista
progresista que propugna que el sistema está tan enfermo que
necesita ser sustituido por otro o necesita cambios que lo mejoren sustancialmente, nos
encontramos que:
-participar en la toma de
decisiones que nos atañen es el único camino posible para descubrir
los huecos/fallos del sistema y poder cubrirlos proponiendo mejoras.
-la falta de
empoderamiento conduce a la enajenación personal y al descontento
social por ende.
Conclusión: Solamente a
través del empoderamiento en la toma de decisiones puede mejorarse
el sistema o sustituirse por otra cosa en caso de disfuncionalidad.
De no ser así, seguiremos chocando contra la rueda de las inercias
weberianas de las administraciones y los sistemas burocráticos.
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